Dicen que los verdaderos líderes aparecen en los momentos oscuros y difíciles, cuando más necesaria se hace la luz, en los momentos en los que la
fortaleza y la claridad deben sobresalir por encima de las tinieblas, los
miedos reales, y los imaginarios de la mente.
Ahora bien, yo me pregunto ¿no puede una persona más allá
de su posición o estatus como líder atravesar un bache?
Las profundidades de los valles que ahogan las dudas, los miedos y las inquietudes de
los que dirigen y toman decisiones se ven iluminadas en algún momento por la luz cegadora de la razón, la iluminación de la razón, que cuando llega, asoma fuerte y poderosa en el horizonte.
Sin embargo, y entre las tinieblas,en algún momento, la esperanza despunta con redomada
energía, revitalizada por las lágrimas saladas que cicatrizaron heridas
producidas por el miedo y la desazón a equivocarse.
Cierto y verdad es que sólo se equivoca el que toma
decisiones.
Cierto y verdad es que un líder es aquella persona que se levanta, y que tiene el coraje de secarse las lágrimas, apretar los dientes, y empujar para seguir tirando, para seguir a la cabeza del grupo.
Un líder es alguien que a veces se despista, alguien a quién el cansancio le puede, alguien que se rinde y piensa en tirar la toalla, alguien que a veces pierde de vista el objetivo, alguien al que cuando esto le ocurre y ya está pensando en dar de lado a todo, y convertirse en uno más del montón ... ocurre lo que ocurre ... que surge la verdadera esencia, la verdadera fuerza, el coraje y el tesón que hace que dando un puñetazo sobre la mesa, un zapatazo en el suelo, diga, aquí estoy yo. Y es en ese instante mágico en el que todo encaja, y cual "Ave Fénix" levanta la mirada y decide echar a volar. Ese es un líder.
Los que me conocen saben que cuando hablo de liderazgo trato de desmitificar a los grandes líderes deportistas, políticos, empresarios, etc.
Cuando hablo de líderes me gusta pensar en esa madre trabajadora que lucha para sacar a su familia adelante, haciendo encajes de bolillos con el trabajo, hablo de ese empresario individual, autónomo, profesional independiente que no le queda más remedio que trabajar 10 o 12 horas diarias, hablo de ese empresario, que no quiere despedir a nadie y está buscando nuevas opciones para salir adelante. Cuando hablo de líderes, hablo de personas como tú y yo, que al igual que los grandes líderes contemporáneos y de la historia, también sufren, sienten y padecen.
Por eso digo:
Aleluya por aquellas personas valientes que aún cuando el viento y la corriente
soplaba en contra, decidieron levantarse una vez más, abrir las alas, soltar
amarras, salir de las penumbras para adentrarse en el ancho mar de la incertidumbre buscando la luz.
Aleluya por aquellos hombres y mujeres que luchan cada
día contra la vorágine de la vida esclava y tirana que a veces nos atrapa con horarios interminables, y que a pesar de las dificultades salen adelante.
Aleluya por aquellas personas valientes que estuvieron
dispuestos a pagar un precio, a veces incalculable por lograr sus sueños.
Aleluya por aquellas personas que cuando tuvieron miedo,
lo bordearon dando un rodeo más largo, pero llegaron al final del camino.
Mi respeto a todas aquellas personas que tienen "día
a día" el coraje de "tirar
pa'lante"
Saludos cordiales
José Miguel Gil
Coach Profesional Sénior 10161
Presidente de ASESCO Asociación Española de Coaching
www.josemiguelgil.com
www.coanco.es
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