Los sueños a veces se tiñen de lágrimas saladas.
Sueños, ilusiones que a muchas veces no llegan a buen puerto, y que otras
veces, quizás las menos, sí que aterrizan en el lugar donde los sueños se hacen
realidad.
Hay un refrán que dice que "El que la sigue la consigue". Y yo
creo en ello.
Cuando tienes una visión, una ilusión que cumplir, y pones la carne en el
asador, a veces no queda más remedio que este sueño se cumpla. Sin embargo no
quiero que pienses que soy de los que piensan que las cosas ocurren por
sí solas. El trabajo, mucho trabajo, y por qué no, a veces un poco de suerte contribuye
a que las cosas ocurran.
Hoy quiero celebrar el milagro del éxito, de la confianza en uno/a mismo/a
de tener la fe de seguir los sueños y no ceder a las primeras de cambio. Soy
consciente, y sé de primera mano que cualquier sueño lleva aparejado un precio
a pagar.
Una de las preguntas que en ocasiones utilizo con mis clientes de coaching,
independientemente de que sean de coaching personal, ejecutivo o empresarial es
la pregunta ¿qué precio estás dispuesto a pagar por conseguir tu sueño, tu
objetivo?
Porque no te engañes, la cara "b" del disco del éxito es lo que
te pierdes por el camino en muchas ocasiones.
Cualquiera que se denomine emprendedor, que inicie una aventura empresarial
o profesional sabe bien lo que es renunciar a pasar tiempo con amigos, familia,
hijos.
Cualquier persona que se atreve a dejar su pueblo, su ciudad, su país, para
lograr algo, para llegar donde quieren llegar, saben de lo que hablo.
Sin embargo, hoy quiero celebrar que hay personas que aunque tropiezan se
levantan, se sacuden el polvo, se ajustan las botas y siguen el camino.
Es cierto que a veces las cosas se ponen cuesta arriba y que la tentación
de tirar la toalla se hace insoportable en ocasiones, pero igualmente pienso
que es cuestión de ser cabezón, de perseverar, y de "tirar pa´lante".
A veces lloramos porque no conseguimos las cosas, y algunas lágrimas han
rodado por la cara de cualquiera que se llame a sí mismo emprendedor/a.
Hoy quiero celebrar que los sueños ocurren, y que uno que ha llegado más
allá de los mejores sueños soñados.
Los sueños a veces se tiñen de lágrimas saladas ... ¡De alegría!
¡Gracias por tu visita!
Saludos cordiales
José Miguel Gil
Psicólogo & Coach Profesional Sénior 10161
Coaching Personal, Ejecutivo, Empresarial y de Equipos
Experto en Gestión del Cambio.
Consultor y Trainer en Solución Creativa de Problemas.
Conferenciante y Formador.
Gerente de COANCO
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Presidente de ASESCO Asociación Española de Coaching
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