En el trabajo del despacho me encuentro con demasiada frecuencia personas que viven angustiadas de forma continua, preocupadas, ansiosas, y viven así durante mucho tiempo. A veces años.
Muchas personas viven en un sin vivir, y es que se han acostumbrado a vivir con altos niveles de ansiedad. A veces no llega a ser una ansiedad patológica, pero tiene un nivel que llega a incomodar en exceso, un nivel de ansiedad lo suficientemente molesto para que nos impida disfrutar del día a día.
Si hay algo que hemos aprendido los seres humano es adaptarnos, y hemos aprendido a vivir con la ansiedad, con la irritabilidad y el mal humor que conlleva, con la falta de descanso, la falta de autoestima (autodiagnosticada, por supuesto) y todo lo que conlleva el poco amor propio que nos profesamos.
En esta situación, en ocasiones buscamos soluciones temporales, ponemos parches, pero no afrontamos las causas de nuestro malestar.
Puede que nos vayamos a bailar salsa, o aprendamos a pintar, a escribir, o comenzamos a practicar un deporte. Todo esto ayuda, y ayuda mucho. Ayuda a evadirse, a no afrontar una realidad que a lo mejor no es la que nos gusta. Ayuda a posponer decisiones que hemos de tomar, ayuda a silenciar sentimientos que no nos gustan, o no nos gustaría tener. Y está bien, podemos acallar nuestros miedos, nuestra ansiedad, nuestra inseguridad detrás de muchas actividades lúdicas, estudio, trabajo, etc. pero al final, "la voz que no queremos oír nos volverá a hablar"
Si no afrontamos ese malestar que vuelve -y siempre vuelve- sólo estaremos dando pie a que llegue el día que digamos aquello de "ya no puedo más" y entonces explotarás, y a lo mejor, y sólo a lo mejor, puede que te plantees buscar ayuda.
Muchas veces no buscamos ayuda por vergüenza, por el que dirán, por el ¿cómo me puede estar pasando esto a mí? por el "lo tengo todo y mira como estoy", por el "soy un fraude", y así innumerables "cositas" que nos decimos a nosotros mismos. Y desde luego, no nos las decimos desde el cariño.
Personas a las que les confirmo y les reconfirmo que su secreto está a cubierto, que sus miserias no saldrán a la luz, personas a las que les firmo con tinta y compasión la confidencialidad en un papel. Personas a las que les digo que "no pasa nada por buscar ayuda"
No pasa nada por mostrarse vulnerable y buscar el apoyo para tener una mejor vida, una vida con mayor bienestar.
Nunca es tarde para comenzar a vivir.
Saludos cordiales.
Muchas personas viven en un sin vivir, y es que se han acostumbrado a vivir con altos niveles de ansiedad. A veces no llega a ser una ansiedad patológica, pero tiene un nivel que llega a incomodar en exceso, un nivel de ansiedad lo suficientemente molesto para que nos impida disfrutar del día a día.
Si hay algo que hemos aprendido los seres humano es adaptarnos, y hemos aprendido a vivir con la ansiedad, con la irritabilidad y el mal humor que conlleva, con la falta de descanso, la falta de autoestima (autodiagnosticada, por supuesto) y todo lo que conlleva el poco amor propio que nos profesamos.
En esta situación, en ocasiones buscamos soluciones temporales, ponemos parches, pero no afrontamos las causas de nuestro malestar.
Puede que nos vayamos a bailar salsa, o aprendamos a pintar, a escribir, o comenzamos a practicar un deporte. Todo esto ayuda, y ayuda mucho. Ayuda a evadirse, a no afrontar una realidad que a lo mejor no es la que nos gusta. Ayuda a posponer decisiones que hemos de tomar, ayuda a silenciar sentimientos que no nos gustan, o no nos gustaría tener. Y está bien, podemos acallar nuestros miedos, nuestra ansiedad, nuestra inseguridad detrás de muchas actividades lúdicas, estudio, trabajo, etc. pero al final, "la voz que no queremos oír nos volverá a hablar"
Si no afrontamos ese malestar que vuelve -y siempre vuelve- sólo estaremos dando pie a que llegue el día que digamos aquello de "ya no puedo más" y entonces explotarás, y a lo mejor, y sólo a lo mejor, puede que te plantees buscar ayuda.
Muchas veces no buscamos ayuda por vergüenza, por el que dirán, por el ¿cómo me puede estar pasando esto a mí? por el "lo tengo todo y mira como estoy", por el "soy un fraude", y así innumerables "cositas" que nos decimos a nosotros mismos. Y desde luego, no nos las decimos desde el cariño.
Personas a las que les confirmo y les reconfirmo que su secreto está a cubierto, que sus miserias no saldrán a la luz, personas a las que les firmo con tinta y compasión la confidencialidad en un papel. Personas a las que les digo que "no pasa nada por buscar ayuda"
No pasa nada por mostrarse vulnerable y buscar el apoyo para tener una mejor vida, una vida con mayor bienestar.
Nunca es tarde para comenzar a vivir.
Saludos cordiales.
José Miguel Gil
Coach Profesional Sénior CPS 10161 y Psicólogo Colegiado AO-10124
Con una experiencia profesional de más de 20 años y más de 2500 horas de sesiones de coaching.
Más de 4500 horas de formación impartidas.
Conferenciante, formador y consultor experto en comportamiento humano. organizacional y de equipos.
Gerente de COANCO Coaching y Presidente de ASESCO, Asociación Española de Coaching.
Coach Profesional Sénior CPS 10161 y Psicólogo Colegiado AO-10124
Con una experiencia profesional de más de 20 años y más de 2500 horas de sesiones de coaching.
Más de 4500 horas de formación impartidas.
Conferenciante, formador y consultor experto en comportamiento humano. organizacional y de equipos.
Gerente de COANCO Coaching y Presidente de ASESCO, Asociación Española de Coaching.
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