"Si cuando hablas nadie se molesta es que no has dicho nada".
Esta frase del gran Risto Mejide la tengo en la memoria, y
muchas veces me salta a la conciencia, al primer plano mental, sobre todo cuando veo la crítica, la
bronca y las ganas de llamar la atención por el marrullero de turno. El cual a
fin de tener su minuto de gloria arrebata contra todo lo que le parece con la
"intención positiva" de llamar la atención, que se fijen en él o
ella, para que los headhunters, los empresarios, la chica de enfrente o el
vecino del cuarto los vean.
Hay personas que ya sean por su número en el eneagrama, su
horóscopo, o cualquier otra clasificación de personalidades ya sea por colores,
animales o porque sencillamente tienen "mala sangre" les gusta llamar
la atención. Y está bien, tiene que haber de todo. El mundo necesita equilibrio, por eso hay blanco y negro, el ying y el yang, etc.
Yo particularmente no soy de
broncas, la verdad, será porque a lo mejor soy un 9 en el eneagrama o mi horóscopo es cáncer, o porque sencillamente no tengas ganas de estar pendiente del personaje de turno que ensarza en una diatriba dialéctica, de la cual por supuesto no se va a bajar, y a la que no va a renunciar, le digan lo que le digan.
La cuestión es que una cosa puede ser debatir, confrontar puntos de vista, discrepar, y hasta ahí todo bien, y otra es la bronca
sin sentido, o no tener otra cosa que hacer, y peor aún, ante la falta de
argumentos caer en la descalificación, la mofa y en algunos casos el insulto.
Hay auténticos expertos en generar polémicas, y hacer
comentarios jocosos sobre lo que les viene bien. En muchos casos los dejo de seguir y
no los que quiero ni ver, me irrita la pupila la cantidad de tonterías que
sueltan por el teclado (ordenador o móvil, lo mismo es) y por ello dejo de
seguirles.
Ahora bien, se ve que son muy buenos generando polémicas, porque algunas personas les responden (incluso algunas que valoro mucho) y compartes sus comentarios, y vaya tela, me vuelve a llegar el
comentario de turno. La verdad es que el broncas es bueno, no consigo mi
objetivo de no verlo.
Lo curioso del caso es que veo más tarde que el broncas de turno se sigue
quejando de que no le sale trabajo, -a pesar de lo que llama la atención-
y lo que se ven sus post, puntualiza.
La reflexión a la que llego es que yo prefiero no ser
broncas, tratar de aportar lo que buenamente pueda o me apetezca, y no meterme
con nadie -y mira que a veces me entran ganas de decirle cuatro frescas a alguno- y después pienso ¿para qué? o ¿para qué voy a perder el tiempo?.
Y es que a pesar de que reconozco que hay grandes expertos en el
humor ácido, en la retórica elocuente y el manejo del Photoshop, para mí, Risto
Mejide sólo hay uno, maestro donde los haya de la provocación.
Los demás, en muchos casos son sucedáneos, descafeinados,
desnatados, lights, 0´0, sin gluten, sin azúcar, y "sin chicha ni limoná".
Pero vamos que lo de las redes sociales (incluidas las supuestamente profesionales), se entiende perfectamente cuando vemos la parrilla televisiva y los programas televisivos que en muchos casos arrasan en la misma.
Saludos cordiales.
José Miguel Gil
Coach Profesional Sénior CPS 10161 y Psicólogo Colegiado AO-10124
Con una experiencia profesional de más de 20 años y más de 2500 horas de sesiones de coaching.
Más de 4500 horas de formación impartidas.
Conferenciante, formador y consultor experto en comportamiento humano. organizacional y de equipos.
Gerente de COANCO Coaching y Presidente de ASESCO, Asociación Española de Coaching.
Coach Profesional Sénior CPS 10161 y Psicólogo Colegiado AO-10124
Con una experiencia profesional de más de 20 años y más de 2500 horas de sesiones de coaching.
Más de 4500 horas de formación impartidas.
Conferenciante, formador y consultor experto en comportamiento humano. organizacional y de equipos.
Gerente de COANCO Coaching y Presidente de ASESCO, Asociación Española de Coaching.